Son aquellas técnicas que permiten a una pareja, mediante la observación de procesos relacionados con la ovulación, si desea evitar un embarazo sin utilizar ningún otro método. La concepción se previene absteniéndose de tener relaciones sexuales durante el período fértil de la mujer.
Como puntos a favor puede mencionarse que no producen los efectos secundarios en el cuerpo que podrían generar otros métodos anticonceptivos y que no involucran gasto económico alguno.
Entre sus desventajas encontramos que no son muy confiables, en tanto se basan en patrones menstruales regulares sin tener en cuenta factores que puedan alterarlos. Además, ninguno ofrece protección contra el SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual.
Se dividen en:
1. Coitus Interruptus (interrupción del coito): consiste en retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación. Aunque puede ser efectivo en algunas ocasiones, este método es el que data menos efectividad (de 78 a 84%).
Hay que tener presente algunas cosas referentes a este método:
- El hombre no siempre puede controlar voluntariamente su eyaculación.
- Si se va a practicar este método solamente se puede hacer una vez, pues después de eyacular hay espermatozoides que permanecen en el conducto del pene, por lo que si se vuelve a tener relaciones sexuales, cuando el hombre se excita, una muy pequeña cantidad de líquido seminal pasa por el conducto y acarrea a los espermatozoides y con esos pocos es suficiente para que se produzca un embarazo.
- Hay que tener mucho cuidado de retirar el pene completamente de la vagina antes de eyacular, pues en dado caso de que no se haga hay altas posibilidades de que se produzca un embarazo.
- Puede producir ciertos trastornos a nivel no físico sino psicológico. El estar pendientes todo el tiempo del control de la eyaculación puede distraer de la relación y reducir el placer, llevando a que la mujer no alcance el orgasmo y el hombre experimente eventuales problemas de erección.
2. Temperatura Basal: consiste en el seguimiento de la temperatura del cuerpo (en estado de reposo absoluto) a lo largo del ciclo menstrual, a fin de identificar cuáles son los días fértiles.
Al inicio de la etapa post-ovulatoria infértil, la progesterona (hormona característica esta etapa) produce un efecto termogénico, aumentando la temperatura corporal, manteniéndola elevada hasta su siguiente período.
El período fértil abarca unos días antes y después de la ovulación, por lo que el resto de los días pueden ser considerados días "seguros" para mantener relaciones sexuales sin riesgo de embarazo.
La medición de la temperatura debe ser estricta: todos los días, preferentemente a la misma hora, al despertar tras dormir un mínimo de cinco horas seguidas y antes de realizar cualquier tipo de actividad, la mujer debe controlarse la temperatura con un termómetro y marcarla en un gráfico.
En este gráfico, el eje horizontal representa los días del ciclo menstrual y el eje vertical, la temperatura del cuerpo.
La temperatura puede tomarse por vía oral (colocando la punta plateada debajo de la lengua y manteniendo los labios cerrados), vaginal (insertando el termómetro dentro de la vagina) o rectal (lubricando el termómetro con vaselina e insertando la punta plateada en el recto mientras se está recostada de un lado, con las rodillas flexionadas).
Dado que la temperatura corporal puede tener variaciones por muchas causas, puede generarse confusión para identificar la fecha precisa de la ovulación.
3. Método de Billings: es considerado la primera técnica natural moderna de planificación.
Permite prevenir el embarazo reconociendo los días fértiles del ciclo menstrual, mediante la interpretación de los cambios en la cantidad y naturaleza del moco vaginal que aparece en la mayoría de las mujeres ovulatorias.
En los días no fértiles, el moco se presenta escaso, turbio y amarillento. En cambio, en los días fértiles, se muestra más elástico, transparente y en mayor cantidad. Estas propiedades son las que facilitan el ascenso de los espermatozoides hacia la cavidad uterina.
La ovulación ocurre un día antes, durante o al día siguiente de la secreción más abundante.
Cuando se nota mayor secreción y transparencia, la pareja debe abstenerse de mantener relaciones sexuales. Ante cualquier sensación de humedad o cambio a moco claro y fluido puede considerarse que ese es un día fértil.
Tener relaciones vuelve a ser seguro cuatro días después del moco transparente, cuando retoma su viscosidad y espesor.
En Atención Médica Integral para la Mujer estamos dispuestos a atenderla y resolverle cualquier duda que pueda tener respecto a estos métodos y a asesorarla para que los pueda utilizar para su planificación familiar.
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