Bienvenidos!

Este blog es para todas las personas que estén interesadas en saber un poco más a cerca de los procesos por los que pasa la mujer desde que nacen, los cambios que tienen a lo largo de su vida, el embarazo y enfermedades que puedan llegar a padecer con el fin de que tengan una fuente confiable de información a la cual recurrir siempre que tengan curiosidad o dudas sobre cualquiera de estos temas, teniendo como fuente directa de este blog al Dr. José Alberto Hernández Bueno (si quieren leer un poco sobre él den click en su nombre).

viernes, 25 de enero de 2013

Displasia cervical

Hola! Hoy hablaremos de un tema interesante que mencionamos en el artículo de histerectomía, la displasia cervical.


Se trata de cambios anormales en las células de la superficie del cuello uterino que se observan bajo un microscopio. El cuello uterino es la parte inferior del útero (matriz) que se abre en la parte superior de la vagina.
Estos cambios no son cáncer; sin embargo, pueden llevar a que se presente cáncer del cuello uterino si no se tratan a tiempo y correctamente.

La displasia cervical usualmente se ve en mujeres de 25 a 35 años pero puede ocurrir a cualquier edad, generalmente es causada por el virus del papiloma humano (VPH), el cual se transmite sexualmente y no se notan síntomas. Hay algunos factores que pueden incrementar el riesgo de padecer displasia cervial:
  • Tener relaciones sexuales antes de los 18 años de edad.
  • Tener un bebé antes de los 16 años.
  • Tener múltiples parejas sexuales.
  • Tener otras enfermedades o usar medicamentos que inhiben el sistema inmune.
  • Fumar.
Para diagnosticar esta afectación generalmente se utiliza el examen pélvico y se puede observar por medio de una citología vaginal o una biopsia del cuello uterino.
La displasia cervical que se observa en una citología vaginal se denomina lesión escamosa intraepitelial (LEI) y puede ser de distintas maneras dependiendo el grado de afectación: 
  • De bajo grado (LEIBG).
  • De alto grado (LEIAG).
  • Posiblemente cancerosos (malignos).
  • Células glandulares atípicas (CGA).
Si una citología vaginal muestra células anormales o displasia cervical, se necesitarán pruebas adicionales, que pueden ser:
  • Citologías si la afección es leve.
  • Una biopsia dirigida por colposcopía para confirmar la afección, seguida de una conización quirúrgica después de la colposcopia.
La displasia que se observa en una biopsia del cuello uterino se denomina neoplasia intraepitelial cervical (NIC) y se agrupa en tres categorías, dependiendo también del grado de afectación:
  • NIC I: displasia leve.
  • NIC II: displasia moderada a acentuada.
  • NIC III: displasia severa a carcinoma in situ.
Con un examen de ADN para el VPH, se pueden identificar los tipos de VPH de alto riesgo ligados al cáncer de cuello uterino y es recomendable hacer este examen de la siguiente manera:
  • Como una prueba de detección para mujeres de más de 30 años.
  • Para mujeres de cualquier edad que tengan un resultado ligeramente anormal en su citología vaginal.
El tratamiento para esta afección depende del grado de la misma, generalmente las afecciones leves tienden a desaparecer y solamente se necesita una constante observación del médico con citologías cada 3 a 6 meses, sin embargo si no desaparece o si la afección es moderada o grave, el tratamiento puede abarcar lo siguiente:
  • Criocirugía para congelar las células anormales.
  • Terapia con láser, la cual usa luz para quemar el tejido anormal.
  • Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP, por sus siglas en inglés), el cual utiliza electricidad para eliminar tejido anormal.
  • Cirugía para extirpar el tejido anormal (conización quirúrgica).
  • En algunos casos puede ser necesaria una histerectomía.

Generalmente los casos de displasia cervical se curan de manera correcta si son diagnosticadas y tratadas a tiempo.
En Atención Médica Integral para la Mujer estamos preparados para atenderla y resolver cualquier duda que tenga respecto a estos temas.

martes, 22 de enero de 2013

Histerectomía

Hola! Hoy hablaremos sobre la histerectomía, pues la hemos mencionado varias veces anteriormente así que la explicaremos.

La histerectomía es la cirugía que se practica para extirpar el útero o matriz de una mujer. Durante una histerectomía, el médico puede extirpar todo el útero o sólo parte de éste. Las trompas de Falopio y los ovarios pueden también extirparse aunque no es necesario y, si se realiza antes de la menopausia, no es recomendable para no tener que recurrir a terapia de reemplazo hormonal antes de tiempo.
Existen tres tipos de histerectomía:
  1. Histerectomía parcial (supracervical): se extirpa sólo la parte superior del útero. El cuello uterino se deja en su lugar.
  2. Histerectomía total: se extirpa todo el útero y el cuello uterino.
  3. Histerectomía radical: se extirpa el útero, el tejido a ambos lados del cuello uterino y la parte superior de la vagina. Se realiza principalmente si la paciente tiene cáncer.



La manera de realizar esta cirugía puede ser por medio de una incisión abdominal o vía vaginal. El procedimiento específico depende de su historia clínica y de la razón para la cirugía.

Causas
Existen muchas razones por las cuales una mujer debe o puede necesitar una histerectomía. Algunas de éstas son:
  • Cáncer del útero, con mayor frecuencia cáncer endometrial.
  • Cáncer de cuello uterino o una afección precancerosa del cuello uterino llamada displasia cervical.
  • Cáncer ovárico.
  • Complicaciones durante el parto, como sangrado incontrolable.
  • Dolor crónico (prolongado) de la pelvis.
  • Endometriosis grave que no mejora con otros tratamientos.
  • Sangrado vaginal intenso y prolongado que no puede controlarse con otros tratamientos.
  • Deslizamiento del útero hacia la vagina (prolapso uterino).
  • Tumores en el útero, como miomas uterinos.
  • Adenomiosis, la cual provoca períodos abundantes y dolorosos.
La histerectomía es una cirugía mayor, por lo que existen los mismos riesgos que existen en cualquier cirugía como:
  • Reacciones alérgicas a medicamentos.
  • Infección.
  • Lesión en el área cercana.
  • Sangrado.
  • Coágulos de sangre.
Es importante que antes de que decida realizarse este procedimiento hable con su médico sobre lo que puede pasar si se lo hace y analicen si es lo mejor para usted. Siempre es bueno comentar a su médico sobre los fármacos que consuma, en especial aquellos que se pueden conseguir sin receta médica. 
Durante los días anteriores a la cirugía le pueden pedir que no tome fármacos como ácido acetilsalicílico (aspirina), ibuprofeno (advil, motrin), clopidogrel (Plavix) y warfarina (Coumadin), entre otros.
El día de la cirugía generalmente es necesario asistir con 8 horas de ayuno.

Después de la cirugía se le darán analgésicos para aliviar molestias y se le pedirá que camine tan pronto como sea posible, ya que esto evita la formación de coágulos y acelera la recuperación. La hospitalización depende del tipo de cirugía, puede ser desde un día hasta dos o tres días.

La recuperación también depende del tipo de histerectomía:
  • Histerectomía abdominal: 4 a 6 semanas.
  • Histerectomía vaginal: 3 a 4 semanas
  • Histerectomía asistida por robot: 2 a 4 semanas.
En Atención Médica Integral para la Mujer estamos preparados para atenderla y resolver sus dudas, así como asesorarla si lo necesita.